martes, 22 de noviembre de 2011

Una segunda oportunidad sobre la tierra

Es lo que tienen las hojas sin numerar, que al caer al suelo por descuido se desordenan. Se mecen en el aire, flotando cada vez más lejos; la caligrafía que las recorre ya no se distingue. Ahora son extrañas ante tus dedos; líneas de sangre manchan el título de alguna que tal vez tuvo intención de imponer su puesto a las demás. El filo de los folios no duda, se subleva: amenaza.

La primera plana ya fue primera plana. Las letras estaban colocadas en los mismos sitios, la tinta escaseaba al final del párrafo y el margen caía en curso irregular hasta apurar el papel. Era necesario enviar de nuevo los telegramas y hacer las llamadas enseguida, rápido, antes de que sobrevinieran titulares indeseables. Gritabas de emoción, hacías trizas todo lo que había existido después, mordías, reventabas, destruías, creabas la primera nieve del verano... Repetías todas las palabras [palabras, palabras] y efectuabas los gestos que te tocaba representar con el máximo cuidado, por si acaso un mínimo indicio os delataba y alguien se daba cuenta de que vivíais por segunda vez. Parecías torpe pero reconocías con sentimiento de experta. Siempre a punto de romperte, siempre dejando que la mímica lo impidiera, a veces en el último segundo.
Reescribiste los titulares desprendiendo el margen, estirando la tinta y ordenando las letras de frescas a secas, preparadas para convertirse en primera plana.

Una vez os dejasteis romper y ahora lo recordáis cada vez que leéis los titulares y que os saludáis como dos desconocidos. Habéis olvidado las palabras porque nunca fue primera plana pero podéis notar su vibración desde el envés de cada página.

http://www.youtube.com/watch?v=u8mTmjP-TJ0&feature=related

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