sábado, 27 de diciembre de 2014

wishlist 2015

Este año voy a hacer una entrada tipo sermón, que por algo estoy estudiando a los primeros colonos literatos de América y por algo he celebrado mi primer Acción de gracias.


Queridos todos, como dicen los profesores que desean que todos los quieran, este es un enlace útil al inspirador de regalos de la Fnac:


Portátil HP ENVY 17-J161es Necesito un portátil que dure como mínimo el triple que su garantía, a ver si se produce el milagro. Venga, que un error lo tiene cualquiera.
Y ahora regalos (para mí o para cualquiera).
Las lúnas de Júpiter, de Alice Munro --- 10,95 € Con la excusa de que le dieron  el Nobel el año pasado...
Está permitido ser hipster, siempre que no te lo creas en serio y que no te olvides de que en realidad eres una persona y no un lindo muñeco:
Esto es lo más importante, lo de no olvidarse. Porque si no, te internas y te internas en el laberinto y pasas tanto tiempo dentro de él que te acabas acostumbrando (y a veces no hay nada más terrible que acostumbrarse) y te olvidas de que ya has pasado por la misma fuente cuatro veces. Por eso hay que leer esos libros o ver esas películas que te hacen recordar y luchar contra todos aquellos parásitos que lo único que hacen es tirar de ti hacia las tupidas fauces de los setos.


Quiero relatos, muchos relatos, de autores españoles y de autores extranjeros:

Espíritu festivo. Cuentos de fantasmas, de Robertson Davies --- 18,95 € Este lo quiero porque es de Libros del Asteroide, sí, qué pasa, una editorial pequeñita.
El dueño del átomo, de Ramón Gómez de la Serna --- 17,10 € Algo de este hombrecillo que no haya leído ya y que no sean greguerías y que sea ficción, por favor. Lo de hombrecillo va con cariño.
No son relatos, vale, pero seguro que tampoco es una novela, digan lo que digan.

Tocadiscos Nostalgia --- 218,65 € Para escuchar vinilos, y mil cosas más, como tiene un nombre bonito...
Help! (edición vinilo) --- 17,50 € El mejor disco de los Beatles, donde está la mejor canción de los Beatles.

martes, 18 de diciembre de 2012

wishlist 2013

Dicen que no es lo mismo el narrador que el autor. Es decir, que de la persona que se deduce de lo que dicen estas letras a la persona real existe una distancia. Tal vez deberíamos recordar esto más a menudo.

Pero para recordar hace falta conocer primero, y para eso siempre vienen bien los escritores hábiles y las voces en off, o incluso las voces en over:

Diario de invierno, Paul Auster -- 18.89 €

Tribal: Batería eléctrica Fast Track -- 434,99 €

Washburn: Kit banjo B8 N natural -- 334,99 €

¡Ah! También dicen que la música es El Arte, eso sin lo que no podría existir el mundo. Y el secreto es que todos los grupos buscan batería, porque todos los percusionistas son unos pobres huérfanos de garaje y decidieron hacerse bajistas. Buscadlos debajo de las hojas de los árboles, que siempre estarán más altas que las setas. Y no dejéis de morder el maíz.

domingo, 27 de mayo de 2012

Entrada causada por la risa de un moreno de barba sin afeitar un segundo antes de morder una ciruela

Estoy un poco cansada del miedo a lo cursi, enfermedad que se encuentra muy extendida incluso entre las almas más sensibles que he tenido oportunidad de conocer. Yo no sé cómo nació el virus; pero de repente el color rosa era cursi, un prado lleno de flores era cursi, los versos de amor eran cursis... ¡la propia palabra amor era cursi!
A veces me dan ganas de gritarles a los anticursis, que son unas personas que arrugan la cara y miran hacia otro lado, que lo que ellos llaman cursi es mucho más auténtico que sus modernísimas imágenes de sangre, puñales, muerte, vertederos y venas rotas.

Tal vez lo cursi es algo que se ha gastado de tanto utilizarlo. A lo mejor los modernos de hoy son los cursis de mañana. Lo que no sé es qué va a pasarles a los cursis de hoy.

No quería dejarme llevar en exceso para no tener que apartar la vista y arrugar la cara otra vez que pase por el blog. [Dicen que el sentimentalismo es cursi.]

Sencillamente, a quien vuelva a decirme que Bécquer es cursi le parto la cara. Que no se espere un besito en la mejilla.

jueves, 12 de enero de 2012

viernes, 23 de diciembre de 2011

wishlist 2012

Una idea me asalta desde que leí el Polifemo: la de vivir en instantáneas. Cuando pienso en el 2011 lo que veo son imágenes. Como una cara de sorpresa al abrir un regalo... Al principio sólo me fijo en los ojos, que se abren más de lo normal y miran hacia la pequeña criatura mecánica que yace al fondo del papel de colores arrugados. Pero luego la escena se hace más nítida y me doy cuenta de que contemplo una habitación en penumbra, de que mi ilustre figura de los ojos abiertos y brillantes se halla sentada sobre la cama y que bajo el papel arrugado se extiende una colcha arrugada que cubre sus piernas. Al fondo hay una lámpara apagada, en una mesilla, con objetos oscuros y borrosos dispuestos a su alrededor. Recuerdo lo que son esos objetos.
Me estremezco y entonces el recuerdo atrae mi memoria hacia otro elemento de la imagen: el resplandor tenue de una luz blanca en los dedos de mi personaje. Él sujeta suavemente el papel, olvidando que está siendo observado con tal minuciosidad. Amanece, y sus nudillos reflejan débilmente la claridad recién nacida. Su piel parece la superficie de la Luna.

Por eso quiero una cámara de fotos. Y luego está un libro de esos que suponen un antes y un después en la serie de instantáneas.

- Canon EOS 550D Cuerpo Réflex Digital - 629 €

- El libro del desasosiego, de Fernando Pessoa - 22 €

martes, 22 de noviembre de 2011

Una segunda oportunidad sobre la tierra

Es lo que tienen las hojas sin numerar, que al caer al suelo por descuido se desordenan. Se mecen en el aire, flotando cada vez más lejos; la caligrafía que las recorre ya no se distingue. Ahora son extrañas ante tus dedos; líneas de sangre manchan el título de alguna que tal vez tuvo intención de imponer su puesto a las demás. El filo de los folios no duda, se subleva: amenaza.

La primera plana ya fue primera plana. Las letras estaban colocadas en los mismos sitios, la tinta escaseaba al final del párrafo y el margen caía en curso irregular hasta apurar el papel. Era necesario enviar de nuevo los telegramas y hacer las llamadas enseguida, rápido, antes de que sobrevinieran titulares indeseables. Gritabas de emoción, hacías trizas todo lo que había existido después, mordías, reventabas, destruías, creabas la primera nieve del verano... Repetías todas las palabras [palabras, palabras] y efectuabas los gestos que te tocaba representar con el máximo cuidado, por si acaso un mínimo indicio os delataba y alguien se daba cuenta de que vivíais por segunda vez. Parecías torpe pero reconocías con sentimiento de experta. Siempre a punto de romperte, siempre dejando que la mímica lo impidiera, a veces en el último segundo.
Reescribiste los titulares desprendiendo el margen, estirando la tinta y ordenando las letras de frescas a secas, preparadas para convertirse en primera plana.

Una vez os dejasteis romper y ahora lo recordáis cada vez que leéis los titulares y que os saludáis como dos desconocidos. Habéis olvidado las palabras porque nunca fue primera plana pero podéis notar su vibración desde el envés de cada página.

http://www.youtube.com/watch?v=u8mTmjP-TJ0&feature=related

lunes, 10 de octubre de 2011

Llena de encantos

La palabra resonó dentro de ella casi antes de oírla: un susurro se abrió paso desde recónditas esquinas de una memoria que no era la suya ni la de él, sino de una conciencia mucho más antigua. Tal vez la hubiera leído en algún sitio. El caso es que desde aquel momento ya no dejó de utilizarla, de vestirla con su significado nuevo, de verla emerger tan orgullosa de sus labios y vivir en el universo que los dos habían creado para ella. Cuando, lejos de él, la escuchaba, percibía la monotonía de sus sílabas... pero en su mente relampagueaba un chispazo de sonrisa ante el reencuentro.
Muchas monotonías después la palabra continuaba siendo sólo suya. Y por eso, cuando creyó que él la había olvidado, decidió devolvérsela amontonada entre sintagmas: sinopsis.

domingo, 9 de octubre de 2011

Yo persigo una forma que no encuentra mi estilo.

Miro el blog como quien mira un mantel precioso que ha colocado en la mesa del comedor. En realidad nadie come nunca en la mesa del comedor porque esta se va reservando para los grandes días especiales o para cuando llegue esa visita que esperábamos desde hacía tanto tiempo. Alguna vez recibimos visitas, claro, y de vez en cuando algún gran día es especial, pero el mantel se cambia por otro a última hora por un instinto sentimental de reservarlo aún más para esa otra visita, o porque no se podía prever que el gran día iba a ser además especial. Cuando no hay nadie y las persianas del comedor están bajadas el mantel yace sobre la mesa, la tela toda vibrante de emoción ante su porvenir. Desde la puerta se observa una franja de luz que se cuela por la ventana, rayo asesino del color que enseguida se corre a echar a empujones bajando más las persianas.

Pues así me siento y observo mientras reflexiono si lo importante es el verde o el azul, o si es que todavía no me he marchado a Nueva York y no necesito chispas de español... o si todo es mentira and I just need a pair of eyes. Sólo espero que no sea como empezar a respirar, a enormes bocanadas sin sosiego, que sea como despertar de día y no a las cuatro de la mañana, cuando no sabes si vas en un avión rumbo a Nueva York o a un jueves revoltoso porque, en cualquier caso, todavía quedan muy lejos. Mejor que no haya más que subir las persianas.

martes, 7 de diciembre de 2010

wishlist 2011

Tras complicados cálculos matemáticos y dolorosas renuncias, aquí está todo lo que queremos. Si tengo que recomendar un libro, uno solamente, El libro de las ilusiones. Si tengo que decir cuál me gustaría tener ahora mismo, para leerlo en un arrebato apasionado, Invisible. Si es para leerlo con tranquilidad ya no puedo elegir. Sé que Larra o Shakespeare tendrán que esperar pacientemente y que otros llevan esperando meses o años antes que ellos en una lista imaginaria en la que los títulos brillan más o menos según el momento, los volúmenes flotan y se sustituyen, algunos se pierden en el camino y otros emergen al fin, triunfantes, y se materializan ante mis ojos sedientos...

- HP G62-B67SS Portátil 15,6" (549 €)
- HP G62-B67SS Portátil 15,6" (549 €)
- Pack Sims 3 + Sims Trotamundos PC (55,95 €)
- Olympus MJU-9010 Black Cámara Digital (219,90 €)


- La trilogía de Nueva York, Paul Auster, Compactos Anagrama (9,50 €)
- Invisible, Paul Auster, Compactos Anagrama (9,50 €)
- El libro de las ilusiones, Paul Auster, Compactos Anagrama (10 €)
- El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, Oliver Sacks, Compactos Anagrama (10 €)
- El guardián entre el centeno, Jerome David Salinger, Alianza Libro de bolsillo (8,50 €)
- La promesa, Friedrich Dürrenmatt, Navona Reencuentros (12,50 €)
- Atonement, Ian McEwan, Random House (10,25 €)
- El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha I, Miguel de Cervantes Saavedra, Clásicos Castalia (9,30 €)
- El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha II, Miguel de Cervantes Saavedra, Clásicos Castalia (9,30 €)
- Larra. Artículos., Mariano José de Larra, Alianza (8,50 €)
- La tregua, Mario Benedetti, Alianza (7,50 €)
- Madame Bovary, Gustave Flaubert, Cátedra Letras Universales (10 €)
- Lolita, Vladimir Nabokov, Compactos Anagrama (10 €)
- Los hermanos Karamázov, Fiodor Mijáilovich Dostoyevski, Cátedra Letras Universales (20 €)
- Sonetos de amor, William Shakespeare, Compactos Anagrama (9,50 €)
- Othello, William Shakespeare, Cátedra Letras Universales (10 €)
- Frankenstein o El moderno Prometeo, Mary Shelley, Cátedra Letras Universales (10 €)
- Jane Eyre, Charlotte Brontë, Alianza (9,90 €)
- El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde y otros relatos de terror, Robert Louis Stevenson, Valdemar (13 €)
- Jude the obscure, Thomas Hardy, Penguin Popular Classics (3,50 €)
- The great Gatsby, Francis Scott Fitzgerald, Penguin Popular Classics (3,50 €)

- Contra el viento del Norte - Daniel Glattauer (17,5€)
- La cosecha de Samhein - José Antonio Cotrina (16,95€)
- Los hijos de las Tinieblas - José Antonio Cotrina (14,95€)
- La ladrona de libros - Markus Zusak (21,90€)
- El corredor del laberinto - James Dashner (17€)
- La mano izquierda de Dios - Paul Hoffman (22,5€)
- Si no despierto - Lauren Oliver (15,95€)



- Nana 1 - Ai Yazawa (6,95€)
- Nana 2 - Ai Yazawa (6,95€)
- Dn Angel 7 - Yukiru Sugisaki (6,9€)
- Dn Angel 8 - Yukiru Sugisaki (6,9€)
- Ouran High School Host Club 6 - Bisco Hatori (7,20€)
- Ouran High School Host Club 4 - Bisco Hatori (7,20€)
- Death Note 2 - Takeshi Obata (7,5€)
- Death Note 5 - Takeshi Obata (7,5€)
- Detive Conan 2 50 - Gosho Aoyama (6,95€)
- Detive Conan 2 51 - Gosho Aoyama (6,95€)
- Detive Conan 2 52 - Gosho Aoyama (6,95€)
- Detive Conan 2 53 - Gosho Aoyama (6,95€)
- Detective Conan 2 54 - Gosho Aoyama (6,95€)
- Detective Conan 2 55 - Gosho Aoyama (6,95€)
- Gals! 6 - Mihona Fujii (7,5€)
- Gals! 9 - Mihona Fujii (7,5€)


- Todos los cuentos Vol. 1, Francisco Rico y Ramón Menéndez Pidal, Planeta Enciclopedias (29 €)
- Todos los cuentos Vol. 2, Francisco Rico y Ramón Menéndez Pidal, Planeta Enciclopedias (33 €)
- Diccionario de uso del español. Estuche 2 volúmenes., María Moliner, Gredos (130 €)

sábado, 13 de noviembre de 2010

Inventarse una lengua muerta

Lanzó su ojo como si fuera una canica y dejó que rodara y rodara a través de los miércoles, de los trabajos de verano, de todas las novelas que había dejado abiertas por la página 40 y de las puntas de los dientes.
El iris dejó manchas marrones en las hojas de los árboles. El humor acuoso tuvo la culpa de que un niño resbalase en el suelo del colegio y se hiciera daño en la rodilla. Aquellos músculos diminutos fueron mordisqueados por la dentadura postiza de un viejecito amante de las ensaladas sin aliñar. La córnea rebotó en la cabeza de varios de sus amigos y después quiso ser pompa de jabón y se hizo una operación de cambio de sexo. La retina serpenteó libre entre colores infrarrojos. El humor vítreo decidió dedicarse a la vida contemplativa, de momento, y se camufló entre unos ladrillos. Incluso la fóvea se compró un vestido de gala y llegó a ser una de las actrices mejor pagadas de Hollywood.
Y entonces descubrió que no tenía cristalino y que no había enfocado bien la situación. Pero ya no podía echarse a llorar.



Como quería robarle a medias una vieja entrada a un amigo...



miércoles, 22 de septiembre de 2010

Around the corner

De la caja salieron

volando
vientos simultáneos,
suspiros húmedos del cuarzo de reloj, el triángulo y un cristal transparente que no se rompía.
Sólo quedaron al fondo
los auriculares,
uñas recién nacidas,
el gris que no sabías definir
y el alfabeto griego.
Escribiste el inventario sin luz en la ventana,
o eso crees...
porque ya no había cristal
y brillabas muy lejos.

sábado, 4 de septiembre de 2010

jueves, 22 de julio de 2010

Somos Kate y Tom...

Esta canción está al final de ese disco tan normalito (y que tanto me gusta) que es HELP! y justo antes de esa canción tan popular que es Yesterday. No sé si por eso ha pasado desapercibida.
Y es Paul McCartney...
Una cápsula del tiempo un poco infantil -infantil en mi caso-, pero magnífica.

Y no creo que sea un tema de bolera, creo que es un tema de luces apagadas o, como mínimo, de ojos cerrados.

A caballo en el quicio del mundo

Me columpiaba en el vacío.
Las cuerdas del columpio se perdían en la negrura por encima de mi cabeza. Mis pies se balanceaban con una alegría absurda sobre la negrura del fondo.
Pero, ¿cómo sabía qué era "encima" y qué era el fondo? Sólo sabía que tras cada impulso tendía a volver a un punto determinado y que si cesaba terminaba por quedarme quieta en ese punto. Había algo allí abajo, una fuerza invisible que tiraba de mí.
Mis manos estaban en carne viva de agarrarse con fuerza a las cuerdas. Mi bonito vestido de los domingos se enturbiaba al no tener a nadie que lo mirase. Mi pelo ondeaba inerte con cada ida y venida. Mis ojos eran agujeros negros dispuestos a tragarse a todo el que mirase.
Me habías prometido que vendrías a buscarme, y eras demasiado encantador para no cumplir una promesa. Por eso el columpio se balanceaba feliz.
Recuerdo que te había abrazado llorando lágrimas azules, y había clavado mis uñas en tu abrigo del alivio que sentía, porque pensaba que no iba a volver a verte. Recuerdo que habías pasado tu mano por mi rostro poniéndote perdido de azul. Pero tú no te acuerdas. Ni siquiera sabes de dónde viene ese azul que tienes bajo tus uñas. Por eso no puedo llorar ahora, porque no recuerdas mis lágrimas. Tampoco te acuerdas ya de mi cara, por eso no soy más que un dibujo sin vida. No sabes quién soy porque no puedes recordarme. Y no basta que yo te recuerde. Por eso me he roto. Por eso ya no existo.
Aunque quizá, quizá tú no seas más que imaginaciones mías. Por eso, si yo pienso que vienes a buscarme y me llevas de paseo a la playa... Tú no serías nada porque no pensarías en mí, pero yo no lo sabría y podría creer que sí.
Quizá nos encontremos dentro de muchos años, o en pocos minutos en la playa. Y brillará el sol.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Realizativos desafortunados

Dices que la semana que viene veréis juntos una película complicada. No sabes que sólo con esa expresión estás encendiendo cientos de cohetes que explotan a la vez dibujando luces de colores en el cielo. Ni ves el rápido reflejo de su brillo en los ojos ni escuchas los ecos de su estallido en la respiración.
Y cuando pasan los días te das cuenta de que ni siquiera tienes tiempo para ver una película ligera; pero dices que lo tendrás (esta vez sin fecha: vas aprendiendo). Así suavizas un poco la vuelta a la realidad: al despertar, no recuerdas bien lo que has soñado.

Dices que volverás a leer ese poema siempre que haga falta. Sabes dónde retumba cada acento y qué verso es capaz de provocar(te) una sonrisa. No podría ser de otra manera, lo has escrito tú.
Sin embargo, las palabras que un día suenan justo a tu medida, al siguiente te parecen chirriantes y vacías. Cuando rasgas el papel y piensas que ese sonido es mucho mejor que el tono desafinado del poema no eres consciente de que estás rasgando a la vez muchas sonrisas (de que lejos de ti arden y se oscurecen los fuegos artificiales), y entonces eres tú quien sonríe de un modo desafinado.

Dices que nunca vas a resignarte. Y cada letra de la idea que latía en tu cabeza se estremece ante el temblor aterrorizado de tus dedos.